La vuelta de "lo natural" y la suerte está echada.
¿Cuánto me queda? ¿siete? ¿diez? ¿quince septiembres? ¿le pregunto al azar acaso porque sé que el azar no responde? Mario Benedetti
Marina escribe un libro a partir de su vivencial personal: cinco abortos espontáneos que vivió en primera persona.
En la búsqueda, en la desesperación, también en la ilusión, pasa por todo lo que está a su alcance para ayudarla: el sistema de salud de medicina reproductiva y también terapias holísticas alternativas.
¿Por qué cala tanto el discurso de “lo natural” en determinados sectores de las clases medias y altas? ¿Por qué, por el contrario, la ciencia va perdiendo estatus o reconocimiento? ¿Qué rol cumple la suerte?
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Marina Larrondo es socióloga, investigadora del Conicet, y en su libro La suerte de tu lado, recientemente editado por El gato y la caja, escribe sobre la carrera por la que pasó antes de llegar a tener a su hija.
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“La carrera típica es más o menos así: primero vienen los intentos naturales. Luego los tratamientos de baja complejidad, que sólo se hacen en pacientes jóvenes que reúnen ciertas condiciones. Luego, la fertilización in vitro, con o sin diagnóstico genético preimplantatorio del embrión. Adicionalmente, quizás se agreguen algunos estudios o estrategias extra (plasma rico en plaquetas, vitaminas, alguna dieta), pero que no modifican los procedimientos esenciales. Si estas técnicas fallan, puede deberse a una muy mala calidad del esperma o de los ovocitos (o son muy pocos, o no fertilizan, o no pueden formar buenos embriones) y esto último suele tener que ver con la edad de la paciente, aunque hay muchos casos de chicas jóvenes que tienen algunas patologías que afectan la calidad de sus óvulos y también necesitan su tratamiento.
Mi carrera como paciente de fertilidad había empezado, paradójicamente, quedándome embarazada, y casi sin darme cuenta. Claro que enseguida ese comienzo tomó forma: me enteré de algo parecido a un diagnóstico oficial sin que mediara una palabra, al leer una orden para hacerme un estudio que me había mandado mi ginecóloga luego de perder mi segundo embarazo. Decía abortadora habitual, la categoría médica y sociológica que inauguraba mi carrera, aunque yo no sabía todavía que era el comienzo de una”.
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Pero el foco del libro no es, aunque sí, la historia de Marina. Sino todo lo que ella hace para entender dónde está parada y qué opciones tiene. Ella lo intenta todo. Primero, con la medicina reproductiva y un diagnóstico que no quiere escuchar. Después, asiste a muchos talleres de prácticas alternativas como círculo de mujeres, clases de yoga para la fertilidad y biodescodificación. Sin embargo, ninguna de esas actividades evita que sus embarazos se interrumpan.
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“Por supuesto, esa apuesta fue bajo mi elección y mi responsabilidad. Nadie me prometió nada y todo dependía de mí; no podría decir nunca que fui una víctima, ni siquiera una damnificada. Yo fui a buscar lo que estaba sociológicamente disponible para mí: el amplio terreno de las nuevas espiritualidades, un conjunto heterogéneo de creencias y prácticas holísticas-alternativas
Las redes sociales estallan de influencers dedicados a las terapias o cosmovisiones alternativas, algunos son coach motivacionales, otros son profesores de yoga o meditación, incluso hay profesionales de la salud que abandonaron la medicina basada en la evidencia y ofrecen terapias alternativas o las usan para complementar sus tratamientos convencionales.
¿Qué pasa con los que no encuentran lo que van a buscar, los desilusionados?
Lo natural como un gold standard, la intervención racional -técnica, médica- como algo externo y anti natural, las disciplinas alternativas que parecen tener mayor legitimidad que la evidencia acumulada y un potencial político emancipador perse, la verdad incuestionable de que hay que sanar algo emocional como condición para el buen desarrollo de un proceso biológico”.
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En los últimos años hubo un resurgimiento de “lo natural”: comida natural, medicina natural, partos naturales. Pienso que esa confianza ciega en la naturaleza, en la necesidad de lo fisiológico y en la primacía de “lo natural” como algo esencialmente bueno, responde a problemas que hemos heredado de la ciencia y de la medicina hegemónica.
Sin embargo, creo que ni todo lo que viene de la naturaleza es recomendable para los seres humanos, ni todo lo que es artificial y es producido por los seres humanos nos hace daño.
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“Si cada vez estamos más disconformes, quizás también haya que mirar cómo se construye social y subjetivamente tanta disconformidad, en relación a qué.
Capaz tenga que ver con qué actitud tomamos: qué datos aceptamos, qué porcentaje de solución escuchamos, qué somos capaces de admitir como un problema, qué estamos dispuestos a arriesgar, en qué medida podemos reconocer las ilusiones que nos sostienen y en qué medida podemos reconocerlas como ilusiones antes que como posibilidades”.
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Y en el medio… ¿qué rol queda para la suerte? En el fondo, parece que nos llevamos muy mal con las evidencias científicas (por muchos motivos, Marina los desarrolla con profundidad en el libro) y con aceptar que estamos más entregados a la suerte de lo que nos gustaría. Por más medicina -alternativa o no- que busquemos, ¿cuánto de eso podemos manejar?
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En relación al sistema médico, Marina me cuenta:
“Hay que distinguir el ámbito de la producción de conocimiento de la aplicación asistencial. Hay muchos médicos que hace mucho no se actualizan. Pero además el sistema médico no está dispuesto a trabajar en las formas de comunicación y en el trato con el paciente. La voz del paciente no es muy tomada en serio. A comunicar noticias médicas se aprende, hay que estar dispuesto a aprender. Saber cómo comunicar cosas difíciles”.
“Lo que más te cuesta admitir cuando perdés un embarazo es el azar. Es muy difícil de aceptar que el azar biológico interviene. Es terrible. Y también abre a la pregunta acerca de qué verdad está una dispuesta a soportar”.
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“Sin medir nada, utilicé todos mis recursos biológicos, emocionales y económicos para tentar a la suerte una y otra vez: jugué a esa ruleta y lo conseguí en la séptima bola. Y, aunque finalmente fue de la mano de la ciencia, la verdad es que nada de lo que hice se hubiera concretado sin ese golpe de suerte final”.
Queridos mapadres y cuidadores:
¿Cómo están? Lo que más me gusta de escribir el newsletter hace ya casi cuatro años (sí, 154 envíos, un montón) es que converso con autores que me hacen llegar sus libros y tengo la posibilidad de comunicar sobre temas que me interesan. Y de aprender, especialmente.
La suerte de tu lado es el libro que elegí para hablar de un tema que me interesa en estos tiempos que tiene que ver con, por un lado, el auge de terapias alternativas y, por el otro, el fuerte cuestionamiento a la evidencia científica. Lo escribe Marina Larrondo, lo acaba de editar El Gato y la Caja y, ¡pueden leerlo de forma completa y gratuita! Y comprarlo, claro, así pueden tenerlo en versión papel o digital.
Marina es Doctora en Ciencias Sociales (IDES-UNGS), Magíster en Educación (UdeSA) y Licenciada en Sociología (UBA). Investigadora adjunta del CONICET.
En su libro ella cuenta su historia. No romantiza la ciencia, tampoco condena a las nuevas espiritualidades. Lo que quiere hacer es tratar de entender ciertos fenómenos: cómo funciona el sistema de salud y la medicina reproductiva, las terapias holísticas y el pensamiento mágico y la cantidad de información a la que nos sometemos en estos tiempos. ¡Super recomendado!
Cambiando de tema, les quiero compartir una entrevista que me hicieron para Revista Crítica. Fue una charla larga, profunda, en la que pude hablar de muchos temas. Lo más gracioso igual fueron dos cosas. Una, que me pidieron hacer fotos de filósofa pero yo siempre estoy corriendo (¡y de hecho estaba llegando tarde a buscar a Sofi al jardín!) así que sugerí hacer las fotos en la calle, subiéndome al tren. Parezco un político descubriendo el transporte público pero les juro que me lo tomo todos los días, jaja. Y lo segundo, fue que aproveché a comprar medialunas antes de irme, y una señora cuando vio que estaba el fotógrafo empezó a gritar “¿quién es la famosa? ¿quién es la famosa?”. La “famosa” era yo, claro, se llevó una desilusión.
Creo que eso es todo. Cualquier tema o sugerencia que quieran dejarme, pueden escribirlo acá.
La hago corta porque esta semana tenemos solo dos días laborales y después no llegamos a nada. No quiero ser culpable de su frustración.
¡Les mando un súper abrazo y hasta el próximo correo!
F.
PD. Si tenés ganas de ampliar la mirada en relación a estos temas, ¡te invito a mi CURSO ONLINE “Guía (existencial) para sobrevivir a la maternidad”!
Un curso asincrónico, online, que podés ver desde dónde quieras y las veces que quieras. Con el código “hartas” accedés a un 10% OFF.
Escribí dos libros y acá pueden conseguirlos:
¿Y vos qué pensás? Viaje filosófico por las ideas
¡Un libro que escribí para chicos y chicas de 9 a 101 años!
Acá encuentran un fragmento.
Filosofar desde la infancia y perderse en el camino
Un libro libro que co-escribí con Mayra Muñoz y Úrsula Pose para madres, padres, docentes y personas curiosas. ¡Con prólogo de Luis Pescetti!
Lo consiguen acá de forma física y acá para leer en e-book.