Si te preocupa la caída de la natalidad, preguntate esto primero.
Acá una madre con dos hijas entiende perfectamente por qué hoy en día es cada vez más difícil traer hijos al mundo.
Crecimos con la idea de que ser madre es algo que sigue el curso de lo “natural". Incluso en el siglo XXI, pareciera ser que el destino de las mujeres sigue siendo ser madre y que no serlo es perder algo “esencial”.
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“–¿Tienes hijos? –No. (Silencio). Cuando una mujer responde a esa pregunta con un simple “no”, el interlocutor (o más bien la interlocutora) suele hacer una pausa, en vez de pasar a otra cosa. De las mujeres sin hijos siempre se espera una explicación: “Cuéntame, ¿qué drama hay detrás de tu respuesta?”, se les dice sin decir”, cuenta María Fernandez-Miranda, autora del libro No madres.
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En el libro Madres arrepentidas, la socióloga Orna Donath investiga el fenómeno de arrepentimiento que se da en algunas maternidades. En la mayoría de los casos, es cuando esa maternidad no es el resultado de una elección sino de una imposición -más o menos directa, más o menos consciente-. Durante muchos años, las mujeres o personas gestantes fueron madres “porque es lo que había que hacer”. De alguna manera, se vendió a la maternidad como una promesa hacia una mejor vida. Y cuando eso después no sucedía, aparecía un sentimiento muy profundo de culpa y arrepentimiento.
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Indagamos acerca de las razones por las cuales las personas no tienen hijos y no al revés. A mí nadie me preguntó por qué decidí ser mamá. Y para peor, ¡por qué decidí repetir la experiencia!
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En la década del ‘60 el promedio de hijos por pareja, en el mundo, era de cinco hijos. Hoy está abajo de 2, salvo en África. Y estos números, lo que se conoce como tasa de fecundidad, sigue bajando.
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No todos los proyectos de vida son para todas las personas. Tener hijos puede ser una experiencia espectacular para mí, para mi vida, para lo que yo creo que es la vida; pero no todos tienen que pensar lo mismo. Es algo muy básico y sin embargo pareciera que hay que aclararlo.
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Además de que no todos los proyectos son los mismos para todas las personas, cada vez se vuelve más difícil el hecho de comprometernos con algo. Y esto no es solo por falta de interés, sino porque vivimos vidas muy precarizadas. No llegás a fin de mes teniendo tres trabajos, no podés proyectar vacaciones y a duras penas tu gasto más osado es sacar entradas para un recital dentro de cinco meses, ¿cómo vas a proyectar la llegada de un hijo?
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En Abril del 2025, según el Indec, la canasta de crianza mensual arrojó los siguientes valores:
$410.524 para menores de un año.
$487.826 para los niños y niñas de 1 a 3 años.
$410.197 para los de 4 a 5 años.
$515.984 para los de 6 a 12 años.
Los componentes para llegar a estos números son dos: el de los bienes y servicios y el de los cuidados.
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Le pregunto a dos seguidoras que no son madres qué sienten al respecto, ellas me contestan:
“No soy madre, tengo 38 años, tengo el deseo pero actualmente estoy soltera y eso dificulta aún más las cosas. Hoy en día como está todo (social y económicamente hablando) las circunstancias hacen que una se ponga a pensar mucho más a la hora de traer un hijo al mundo. Siempre pensé que si soy madre obviamente les quiero dar lo mejor dentro de lo que se pueda y realmente a veces cuesta sobrevivir en esta sociedad”.
“Tengo 31 años y hace 5 decidimos con mi pareja operarnos para no tener hijos. Considero que hay varios factores a tener en cuenta, uno de ellos es el tema del deseo. Yo me pregunto: ¿cómo construí ese no deseo? ¿De dónde viene? Si estuviera viviendo en un mundo menos desigual, ¿hubiera construido otro tipo de deseo? También pienso en la posibilidad que tenemos en este momento, de no considerar la maternidad como único destino”.
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La semana pasada en las redes sociales se armó todo un debate en torno a si tenemos que festejar o no estos datos. En lo personal, intento correrme de toda valoración ética porque, en el medio, están las personas y sus circunstancias.
Algunas cosas que pienso:
Es un logro que la maternidad sea deseada y no una imposición como lo ha sido durante tantos años.
La baja en la natalidad no es solo una cuestión de decisión individual. Muchas personas quisieran poder desearla pero no se lo pueden siquiera plantear por las dificultades materiales de estos tiempos.
A su vez, problemas económicos e inestabilidad hubo en tiempos pasados y las personas seguían teniendo hijos. Entonces sí, muchas hoy no elijen la maternidad como un proyecto de vida.
Reconocer ambas cosas, no es ir en contra ni de las infancias, ni de las madres.
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Lo que sí me parece terrible es que preocupe la tasa de natalidad y no la cantidad de niños, niñas y jóvenes que hoy en día se encuentran bajo la línea de pobreza. Preocupémonos por cómo traemos hijos al mundo, bajo qué condiciones de vida y por qué cada vez se vuelve más difícil poder conciliar maternidad, trabajo, estudio y (algo de) vida social. Lo que ahora le dicen privilegios y en realidad es una vida digna.
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Quizás tengamos que dejar de preguntarnos, una a una, por qué tenemos o no tenemos hijos. Tener un hijo puede ser una experiencia hermosa, sí. Y también puede no serlo. En estos tiempos, cada vez más, no alcanza con ese argumento. Tenemos que poder hacernos esa pregunta de forma colectiva, como sociedad: ¿cómo estamos dispuestos a acompañar a las personas que sí desean traer hijos al mundo?
La próxima vez que alguien te pregunte “¿para cuándo un hijo?”, devolveles la pregunta: “¿Para cuándo un mundo donde valga la pena tenerlos?".
Queridos mapadres y cuidadores:
¿Cómo están? Yo tomando té con limón y jengibre, escribiéndoles este correo y pensando que no tengo ninguna novedad para contarles. Mi abuela Oma siempre decía “no news, good news” y yo pensaba qué aburrida. Ahora celebro un poco la rutina de un día ordinario, estar escribiendo con música clásica de fondo y no tener ninguna noticia en particular para contarles.
¿Qué piensan ustedes respecto al problema (o no problema) de la caída de la natalidad? Cuéntenme, pueden responderme este correo que me encanta leer sus respuestas.
Sobre el tema de la caída de la natalidad hay mucho, les comparto algunas fuentes que tomé para escribir este correo:
Este posteo que hicieron desde Panóptico cultural. Este que generó todo el revuelo en redes desde Mujeres que no fueron tapa. Y esta respuesta de Lula Bauer.
Mitos y verdades sobre la caída de la natalidad, un informe de CIPPEC. Natalidad y demanda educativa por Argentinos por la Educación.
¿Por qué ya nadie quiere tener hijos? Este video es de Santiago Bilinkis.
Esta nota de Ezequiel Adamovsky para el Diario Ar y esta nota de Danila Suárez Tomé para Cenital.
Libros que ya recomendé en varios correos aunque el público se renueva: Contra los hijos de Lina Meruane, Madres arrepentidas de Orna Donath, Maternidad de Sheila Heti.
¿Qué más puedo contarles?
El viernes pasado salió una nota en Clarín en la que fui consultada sobre La nueva grieta entre adultos y adolescentes.
El sábado pasado tuve la QUINTA función de mi unipersonal Todas las exigencias del mundo. De verdad lo escribo y no lo puedo creer. Más de trescientas personas lo vieron ya. El show terminó 9:10 y nos quedamos hasta las 22 h charlando con cada persona que vino. De verdad, soy muy feliz haciendo esto porque creo que logramos algo que es difícil de clasificar: te reís aunque no sea stand-up, te emocionás aunque no sea un drama, te quedás pensando aunque no sea una clase académica de filosofía.
Vengan, y después me cuentan cómo la clasificarían. Agregamos dos funciones: sábado 14/06 y 21/06, 20 h, y con la entrada tienen de regalo dos consumiciones y un tercer tiempo descontracturadísimo para charlar y encontrarnos.
Y si estás en La Plata o sos de los alrededores, tenemos función el 07/08 en El Teatro Bar. Si conocés a alguien que viva por estos pagos y que le gusta el contenido que hago, o alguien que pienses que le puede interesar, contale de este show. Tu ayuda me ayuda a seguir creciendo.
El domingo pasado comí guiso y pastelitos de membrillo. Siempre superior a la batata, no acepto críticas.
El lunes desayuné huevos revueltos para empezar “saludable” la semana y tuve dentista (esto es algo cotidiano en mi vida, maldita dentadura).
El martes, hoy, escribo este correo y en un rato me toca acompañar a hija mayor a natación. Me mojaré íntegra.
Creo que eso es todo.
Si hay algo en particular sobre lo que quieran que escriban, solo tienen que responder este mail o dejar su preocupación acá.
Harta(s) existe hace cinco años gracias al Club Harta(s). Una suscripción mensual con un monto ridículamente barato ($1500 o $2500). Si forman parte del Club tienen un mail extra mensual, el archivo a todos mis correos anteriores, descuento extra en talleres y otras yapas como poder conversar 1:1. Asociarte es una excelente forma de bancar a tu creadora de contenido-escritora-filósofa-amiga o como quieras llamarme.
Ahora sí, esto es todo por hoy.
¡Les mando un súper abrazo!
Flor Sichel
Mis libros:
EL FILO DEL AMOR
Este libro habla del amor. Pero no solo como algo hermoso y placentero, sino también sobre sus oscuridades, sus complejidades, sus filos. Es mi último libro. Ideal para cualquier persona que quiere meterse en el mundo de la filosofía por primera vez y pensar sobre el amor. También para regalárselo a jóvenes y adolescentes.
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“La próxima vez que alguien te pregunte “¿para cuándo un hijo?”, devolveles la pregunta: “¿Para cuándo un mundo donde valga la pena tenerlos?".”
Gracias por este final de post que es sinceramente genial porque sobre todo es muy cierto.
Hoy estoy esperando mi segundo hijo, porque así lo quiero, es la vida que elijo y porque me hace feliz. Pero, con esa decisión bien presente y todo, el otro día me puse a sacar números mentales. No económicos, que ya es todo otro tema como propones acá..sino de tiempo.
Trabajo en una oficina 9 horas, le sumas con suerte una de viaje y son por lo menos 10. Sumale las 10 que aproximadamente deberían estar durmiendo los niños, van 20. De las 24 horas de un día la mayoría de días de mi vida tengo solo 4 para ver, estar y conectar con mis hijos. Realmente lo pienso y no le encuentro sentido. Menos cuando en esas mismas 4 horas una tiene que conectar con su pareja o consigo misma en otras actividades, o con amigos/familia, o son también las mismas horas que quedan para ir al super, colgar la ropa, que se yo..
A veces pienso, bueno, si esto me molesta tanto por qué no trabajo menos o busco otro tipo de trabajo con mayor flexibilidad, etc. Para variar, una se carga con la culpa de su “insatisfacción”. Como si fuese así de simple, no? Ahí ya son otros números los que no cierran para poder mantener el estilo de vida que queremos y las oportunidades que queremos darle a nuestros hijos.
Cada tanto como madre quedo en ese circulo de pensamiento del que cuesta salir porque no hay una “solución” mas que conformarse con que “así es” y mi elección de formar mi familia con mis hijos..pero lo siento y vivo como algo bastante “cruel” de la sociedad.
Ya por llegar mi segundo hijo a veces me preocupa cómo hacer para ser mamá de dos (y ni te digo sabiendo que a futuro quizás me gustaría que los dos se transformen en tres). “Tranqui que el amor se multiplica” te dicen. Sí, no me preocupa no querer al segundo tanto como al primero, sé perfectamente que así va a ser. Lo que me preocupa es que mi tiempo, mis recursos, esos no se multiplican, esos hay que dividirlos y se achican.